vendredi, septembre 29, 2006

si me viera manuel








Ella camina por las calles oscuras y silenciosas dudando temerosa ,evitando ser descubierta en esos lugares sombríos y solitarios , que nunca frecuenta. Incluso lleva un abrigo negro que le cubre todo el cuerpo y se ha puesto un pañuelo que resguarda su rostro hasta sus hombros, para evitar que alguien la reconozca ,ya que prefiere impedir indiscreciones ...

Magdalena es una mujer perfecta, exceptuando por un secreto que enciende sus atribulados días llenándola de una luminosidad y delicia que creía ya perdida. Señora de una posición envidiable en la sociedad del pueblo y amante dueña de casa, es ante los demás la mujer mas correcta y respetable del municipio. Si bien la juventud la abandona poco a poco, en sus 40 años su silueta se conserva aun delgada y grácil ,como una gacela y se corona con una belleza nostálgica que brota como cascada de su mirada etérea..

Cuando pasa, clandestina ,bajo las luces agónicas de los últimos escaparates encendidos piensa que si Manuel supiera donde está ,seria su fin y ella ,que no lo quiere ,prefiere evitar el escarnio público .

Es mejor así para los dos... y además ,será la última noche de la dual situación..

solo la ultima... y eso la tranquiliza.



Suspira. Corriendo presurosa , por las callejuelas vacías que sienten interrumpido el silencio sepulcral de sus nocturnidades con su taconeo ansioso

Ella piensa que distintas hubieran sido las cosas si Manuel no hubiera ido a la capital a buscarla y hubiera preferido casarse con una de esas mozas rudas de campo que ,aun después de 24 años de matrimonio, frecuentaba a menudo regando el pueblo de hijos ilegítimos.

El, egoísta la había hecho envejecer tempranamente negándole ese privilegio a ella ya que la auto convenció que para que magdalena conservara la figura fina de su juventud no debía dedicarse a los menesteres de la crianza ,condenándola a la soledad como si ella fuese un mueble fino que mostrar .

En el fondo ella envidia esos pechos abultados llenos de leche de esas campesinas que acurrucaban una semilla en su regazo aunque reconoció que gracias a ellas y a la tibieza de sus carnes había evitado, durante muchas noches, tener que rezar para no sentir el cuerpo tosco de ese hombre montado encima ,exigiendo sus derechos de esposo.

Suspira... sin duda . “Manuel es un bruto... un bruto” dice mientras recuerda la innumerables noches en que lloro bajo la ducha escondida de las miradas impertinentes de los sirvientes y ocultó su lacerante dolor de abandono..

¡Si al menos el le hubiera permitido tener un hijo al cual acariciar y alimentar llenando sus momentos de congoja y melancolía!.... solo eso podría haberla hecho concebir un sentimiento de respeto o misericordia frente a el .pero solo sentía aborrecimiento y un fastidio que iba creciendo con el paso delos años y le hacia sentirse marchita y destrozada por dentro..

Y ella siempre silenciosa ,escondía las fechorías de Manuel, cómplice de una relación enferma y agonizante, hasta que Francisco con su mirar profundo la iluminó, salvándola.

Magdalena tiene miedo... y la sigilosa serenidad de la noche la estremece mas...pero menos que el poder que Manuel ejerce sobre ella y los demás ,aunque después de esta noche nada le importara...nada mas que francisco., que impaciente la espera

“Si me viera Manuel”... dice entre palabras cortadas...

“si me viera Manuel...aunque esta tan lejos.”

.Suspira sonriendo..

Al llegar a un callejón oscuro alguien la espera taciturno e inquieto dándole una risita que la estremece mas que el frío que a esas alturas de la noche se transformo en neblina espesa.

Ella lo besa y el ,con esos ojos luminosos de poeta, le acaricia el rostro luego de abrir una puerta añosa de roble.

Francisco, solo tiene 28 años y el perfil helénico de su rostro resplandece mas su cara de soñador. Magdalena lo conoció en una de la innumerables fiestas que Manuel , diputado de la región, dio en honor a los intelectuales de la provincia.,para el unos tarados sin remedio..

El la mira a los ojos risueños mientras caminan por un pasillo que cada vez mas se oscurece, húmedo, como ellos..

Entre silencios las manos de francisco se transforman en palomas blancas que chocan suavemente contra el cuerpo de magdalena y la mujer se estremece ,no precisamente con la glacial brisa , sino con el calor desnudante de sus cuerpos. Ella siente un cosquilleo insistente bajar por su vientre y la vehemencia del verdadero amor, le arranca sus dudas mas arraigadas .

Reflejada en los ojos masculinos de su amante descubre que aun es joven para amar...gozosa se entrega por primera vez a su enamorado, para luego quedarse dormida, extenuada y dichosa, soñando con la huida y con las palomas que nacen en las manos de francisco..
Por ultima vez , indiferente recuerda a su esposo y sin remordimientos piensa....

“si me viera Manuel ,jajaja, si me viera Manuel”

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